Digámosles a nuestros hijos palabras de aliento, alentémoslo como cuando eran niños. Le decíamos que un ratoncito vendría por sus dientes o nada o que Santa Claus le traería regalos de la misma forma que ellos nos creían. También creen cuando le decimos que es valiente que es poderoso que puede que puede seguir adelante, que es inteligente. Siempre tratemos a nuestros niños y adolescentes, con mucho respeto y alentémoslos a que tengan una buena salud mental.